miércoles, 21 de mayo de 2008

Dentro de tu mente: El globo

Debo… inflar… ¡este maldito globo! Francisco lleva como diez y se ríe de mi. Uy si, me creo mucho porque fui a clases de canto para el musical. Bye con él, okei, hora de intentarlo de nuevo… ¡No se infla! Tal vez debería dejar que Francisco infle todos mientras finjo batallar demasiado con éste globo… Nah, se daría cuenta, y pues no hay otra cosa qué hacer en este momento. Me pregunto si a Geo le gustará lo que estamos haciendo. O sea, obvio que sí está bien bonis, pero capaz y le molesta un poquillo que le estamos llenando su escritorio de globos y papeles. Hmm no lo creo. ¿Les molestará a los otros maestros lo que estamos haciendo? Bueno, ya, ni para qué pensar en eso. El globo no se infla…

jueves, 15 de mayo de 2008

15 de Mayo: Dentro de su mente

Hoy, quince o dieciséis de mayo, nos adentraremos a la mente de otra persona. Escribe un párrafo en primera persona, siendo otra persona, alguien que conozcas. Como ahorita nada más somos dos, Francisco escribirá siendo yo y yo escribiré siendo Francisco. Máximo media cuartilla.

:)

Todo con un gancho: Un gancho de ropa sirve para...

1. Colgar la ropa.
2. Hacer bulto en el clóset.
3. Morderlos mientras no quieres ordenar tu armario.
4. Deshacerlos y hacer sonidos de espadas de luz (para los de metal)
5. Gastar dinero comprándolos y tirándolos periódicamente.
6. Hacer malabares con ellos.
7. Rascarte la cabeza.
8. Rascarte la espalda.
9. Hacerle cosquillas a tu hermana.
10. Hacer un rasguño accidental a tu hermana mientras tratabas de hacerle cosquillas.
11. Servir de alambre conductor.
12. Abrir una puerta.
13. Hacer un clip gigante.
14. Colgar corbatas.
15. Colgar plantas colgantes.
16. Sostener un modelo de ADN.
17. Batir mezcla para bollos.
18. Raspar un dibujo en una hoja coloreada con crayolas y con una capa de pintura de zapatos negra por encima.
19. Pasártelo de mano a mano mientras tu computadora prende.
20. Desdoblarlo, alborotarte el cabello y decir “espera, espera, espera, le sacarás un ojo a alguien”.
21. O también decir “It’s leviOsa, not leviosA”.
22. Ser el armazón de un sombrero pirata.
23. Tocar el segundo cajón de la derecha en tu cómoda y adentrarte en un mundo mágica y místico.
24. Escribir en la arena.
25. Cambiarle a la televisión cuando el control remoto está desaparecido.
26. Hacer unas baquetas improvisadas.
27. Simular que es un arma de fuego (escuadra algo…).
28. Hacerla de batuta y dirigir una orquesta imaginaria.
29. Hacer una fiesta de ganchos de ropa.
30. Entretener a dos jóvenes ociosos un día de verano.

Todo con un gancho: Mis 30 usos

1. Colgar ropa.
2. Como utensilio para comer.
3. Rascarse la espalda.
4. Picar a otros.
5. Antenas de extraterrestre.
6. Separador de libros.
7. Anillo de compromiso.
8. Para detener un peinado muy complicado.
9. Para deslizarse por el tendedero entre dos edificios.
10. Suavizar carne.
11. Rebanar una fruta suave, como un plátano.
12. Para asar una brocheta.
13. Revolver el azúcar en el café.
14. Como pisapapeles.
15. Para almacenar CDs. Los sacas de sus cajas, y los metes en el gancho por el agujero de en medio.
16. Para almacenar cassettes.
17. Como base para un móvil.
18. Para pegarle chicles masticados cuando ya se les acabó el sabor.
19. Para perforar hojas que pondrás en una carpeta de argollas.
20. Si eres Britney Spears en el video de “Oops!... I did it again”, para hacerle agujeros de ventilación a tu traje de plástico de cuerpo completo.
21. Antena de televisión.
22. Para simular la apariencia de una grapa gigante.
23. Portarretratos.
24. Hombreras de repuesto.
25. Como espada.
26. Para escribir en la arena.
27. Golpear gente.
28. Para colgarlo en la pared con un clavo como si fuera una escultura.
29. Para meterle muchos Fruit Loops y comértelos de una.
30. Para sostener el plátano al hacer hacer choco-bananas.

miércoles, 14 de mayo de 2008

14 de Mayo: Todo con un gancho

Este ejercicio es para estimular la creatividad y ver qué tan lejos puede llevarte. Escribe una lista de 30 usos diferentes que se le podrían dar a un gancho de ropa.

Funerales y cartas: Dios así lo quiso

Fernando,

Hola ¿cómo te encuentras? Reconozco que es una pregunta un poco tonta, pero sabes cómo soy lidiando con situaciones como esta. Sé que quizá es algo tarde, considerando que la fecha que escribiste es de hace dos semanas, pero creo que debes saber que lo siento por tu pérdida. Y no lo digo sólo por decirlo, lo siento de verdad. No te veo desde hace más de un año, pero sé que sigues siendo la misma persona y espero que permanezcas así. Cambiando para bien y no para mal. Recuerda que Dios tiene un plan y que todo es parte de él, incluyendo lo que acaba de suceder. Te daré la razón si piensas que sueno un poco como nuestra antigua directora, pero quizá ella no estaba tan equivocada como creíamos. Espero que para el tiempo en que recibas esto ya estén, de alguna manera, mejor.

Espero que nos podamos reunir pronto y que Dios te bendiga.

P.D. Espero que el mensaje que quiero comunicar sea entendido, ¡no sabes lo que tardé escribiendo esto!

Sinceramente, tu querida amiga Amelia.

Funerales y cartas: Pasando a temas más alegres...

Estimado Jorge,

Primero que nada, mis más sentidas condolencias por la partida de su señor padre. Yo era muy cercano a Don Eulalio, por lo menos en espíritu, y saber de su deceso me trae profundo pesar. Estoy convencido de que él hubiera sido como un padre para mí si hubiera habido la ocasión de que yo necesitara otro. Aunque en éste momento no rememoro ninguna ocasión en que Don Eulalio y yo hayamos compartido un momento profundo, estoy completamente seguro de que nunca faltó la disposición para ello.

Pasando a otros temas más alegres, ¿ya encontró marido para su hija Rubeneida? He escuchado de su belleza, pero el reloj no deja de avanzar y todos sabemos cúanto se nota eso en una muchacha soltera. ¿Cuántos años tiene ya? ¿Dieciséis, diecisiete? En fin, sólo quería que tomara usted en cuenta que mi hijo Tomás cumplirá treinta y dos años en dos semanas, ¡serían perfectos el uno para el otro! Él acaba de terminar su servicio militar en las colonias de América del Sur, así que está listo para asentarse y tener una vida familiar. Por favor piénselo, y mándeme su respuesta.

Muchos saludos, y mis condolencias de nuevo.
Fernando de Borbón y Verdugo

martes, 13 de mayo de 2008

13 de Mayo: Funeral y cartas

Vives en la época dorada del correo. No hay teléfonos ni e-mails y tú estás feliz con esto, ya que no conoces algo mejor. Un día el cartero te deja una carta de un amigo tuyo, diciendo que su papá acaba de morir. Es bastante corta y tú te sientes un poco mal por él. Supones que lo correcto es mandarle tus condolencias, y aunque te gustaría hacerlo en persona, vive a una semana de viaje en carruaje. Métete en el personaje y, considerando la época en la que vive y la situación en la que está, escríbele una carta de regreso.

Dentro del clóset: La frontera entre el hielo y los libros

Cuando Alex abrió su clóset, en lugar de ver su ropa, encontró la entrada a una gran biblioteca donde se estaba llevando a cabo una ventisca. El viento era muy frío y salía del armario con mucha fuerza. Aunque no era nada usual encontrar eso en lugar del interior de madera de su clóset, Alex era un niño muy curioso, y el deseo de saber qué era ese lugar fue el impulso que ganó. Desde pequeño, su abuela le había contado sobre un mágico lugar donde la Princesa del Hielo y el Príncipe de los Libros vivían juntos en paz. Según su abuela, un día había habido un baile y el príncipe había tenido que dejar a la princesa exactamente a medianoche debido al trato que había hecho con un duende para poder tomar forma humana y asistir al baile. La princesa nunca supo lo que había pasado, entonces, en su ira, lanzó una ventisca eterna sobre todo el reino. La historia siempre terminaba ahí, la moraleja siendo que vale la pena ser uno mismo y sentirse cómodo dentro de su propia piel. Viendo este lugar nuevo, Alex no pudo evitar hacer la conexión con la historia de su abuela. Definitivamente era hora de explorar. El lugar era tan alto, que sólo se podían ver las nubes de tormenta en el cielo, y tampoco había paredes visibles que mostraran el final del cuarto. Intentando cubrirse del viento con su chaqueta, Alex tomó uno de los libros de los estantes y se dio cuenta de que las hojas estaban en blanco, pero se llenaban solas de letras hasta formar una sola frase, una y otra vez: “El desamor trae inspiración.”

Dentro del clóset: Ayer en la noche

Cuando Alex abrió su clóset, en lugar de ver su ropa, encontró la entrada a una gran biblioteca lo primero que pensó fue “¡Madres! ¿Qué tome ayer?”. Dio unos pasos adelante, se talló los ojos y poniendo un poco más de atención se dio cuenta que su “gran biblioteca” era un poster que tenía pegado al fondo del clóset. Soltó un bufido y se quedó pensando “¿Desde cuándo estaba esa cosa ahí?”. Se sintió un poco tonto, arrancó el papel y lo hizo bola. Se sentó en la cama a pensar. Ok, no estaba loco, era un avance, pero entonces ¿dónde demonios estaba toda su ropa? Se quedó pensando un pequeño momento. Tuvo un mal presentimiento. Un mal presentimiento relacionado con la noche anterior y con su Teresa de Calcuta interior. No, no podía ser… ¿Podía? Todos tenemos un lado generoso y caritativo, y el de Alex –para su mala suerte- salía cuando estaba pasado de copas. Las personas tienen sus etapas cuando están borrachos: unos lloran, varios cantan, algunos se ríen, y otros dan alimento a los niños pobres, dinero a los desamparados y ropa a los indigentes. Bueno, Alex pertenecía a esta última categoría. Chequeó sus bolsillos para encontrarlos vacíos y su billetera, para ver que no tenía una sola moneda. “Esto definitivamente, no es bueno”, pensó. Se sentó en la cama y se maldijo a sí mismo por ser tan estúpidamente buena persona. Juró no volver a tomar otra vez y se terminó de acostar en la cama. Al cabo de un rato de estar maldiciéndose gritó algo desesperado: “Mamá, creo que tenemos que hacer algunas compras”.

lunes, 12 de mayo de 2008

12 de Mayo: Dentro del clóset

Escribe una historia, o el inicio de una, que empiece con la siguiente oración:

"Cuando Alex abrió su clóset, en lugar de ver su ropa, encontró la entrada a una gran biblioteca..."

Debido a que es un cuento, puede ser de hasta una cuartilla de Word. De todos modos será una historia corta.

Lo peor de lo peor: Nuestro último día

-Todo está bien. Todo está bien. Todo está bien. Bien. Bien. Bien. Bien, bien, bien, bien, bien. ¡No!

Se escucha un grito. Un grito desgarrador, un grito de dolor, un grito que desea la muerte. Tres. Dos. Uno. Se escucha otro más.

-Todo es un sueño. Nada está pasando. Todo está bien. Todo está bien.- Se dice, tartamudeando –Todo está bien. Todo estará bien.

-No, no lo está y tampoco lo estará. Jamás lo estará. Nunca se terminará. No, no se terminará.

-¡Te-te equivocas!- Rasgando la pared, llorando. –Todo estará bien una vez que salga de aquí. Cuando salga de aquí. Salir de aquí. Salir de aquí.

-¿Y cómo saldrás de aquí? No sé si te has dado cuenta, pero es imposible salir.

-Oh no, no, no, no.- Risa nerviosa- Nada es imposible, ¿sabes? Nada, nada. –Aruñando la pared, arañándose los brazos. –Saldré de aquí, saldré de aquí, saldré de aquí.

Desde afuera se pueden oír los golpes a la puerta y a las paredes. Pero no hay nadie para escuchar.

-¡Ábrete! ¡Ábrete!- la cabeza contra la puerta. -¡Ábrete! –El último grito que salió de esa garganta.

***

-Después encontramos otra celda. Era la quinta.- dijo, aflojándose la corbata – Con las mismas llaves que conseguimos, el detective Santos abrió la puerta y un cuerpo cayó de adentro.

-Continúe- dijo, mientras escribía.

-La puerta era más pequeña que la de los otros cuartos, un metro, a lo mucho y de ese mismo ancho era todo el cuarto. De fondo tendría un metro también y de alto unos dos. Era como un pequeño closet. –Se quitó totalmente la corbata, así como el sombrero.

-Diga más acerca del cuerpo que estaba dentro.

-Una joven, unos veinte años, tez morena y pelo oscuro. Debió de haber muerto hacía uno o dos días atrás. –Tomando un poco de café- Posiblemente la causa de su muerte fue un golpe en la cabeza. –Manos sudorosas jugando con un papel- El cuarto era de metal y se veía un poco abollado. En la puerta había una gran abolladura, había sangre seca y arañazos a ambos lados. Y en el cráneo de la joven se observaban las consecuencias de un gran golpe.

-¿Suicidio?

-Lo más probable. Tenía marcas de arañazos en los brazos y en la cara. También tenía pequeñas marcas en las muñecas, parecían mordidas.

-Entiendo. –Anotando- ¿Algo más que quisiera agregar?

-Sí, este, como los otros cuartos tenía escrito algo en la puerta.

-¿Y este qué decía?

-Claustrofobia.

Lo peor de lo peor: Lo que la voz en su cabeza dijo

La depresión y la soledad son tan abundantes, hay tantas heridas tan profundas en tu alma, realmente ya no puedes seguir adelante. Lo has intentado, pero sabes que el dolor que sientes en tu corazón es demasiado real. Un simple corazón roto no duele así. No puedes respirar, no puedes vivir. El mundo es demasiado grande, y el tiempo no cura nada, porque el mismo tiempo es la daga que sigue volviendo. A nadie le va a importar que ya no estés, incluso si notaran tu ausencia… ya sería demasiado tarde. Tu sabes que el peso de vivir, de tratar de continuar en ese intento de vida al que estás condenado, es demasiado para ti. Tu eres débil; el mundo ganó y tú perdiste. Sí, tomarte la botella entera de Valium con vodka es la única salida. Yo sé que tu quieres respirar de nuevo, y ambos sabemos que esa es la única forma.

domingo, 11 de mayo de 2008

11 de Mayo: Lo peor de lo peor

Buscando un ejercicio muy difícil me acordé de uno que nos dejó Georgina. Nadie lo terminó, algunos ni siquiera lo empezamos. El punto del ejercicio es escribir, de la manera que queramos, lo peor que le podríamos a hacer a un personaje. Esta vez tendremos que sacar el lado oscuro y explotarlo al máximo.
Sólo lo peor de lo peor.

sábado, 10 de mayo de 2008

Mattress Challenge: Esos momentos tan invaluables

Era un día soleado, ese sábado en que Juan y Mariana fueron a comprar un colchón para su nuevo departamento. Eran sólo esos pendientes característicos de recién casados, y nada del mundo les hubiera impedido compartir esos momentos tan inolvidables.
--- ¿De qué tamaño lo quieres? --- preguntó Juan, intentando guiarse entre los muchos pasillos de la tienda.
--- Pues matrimonial, creo que uno más grande no cabría en el cuarto --- dijo Mariana, intentando que no sonara como un reproche.
--- ¡Yo tomé medidas del cuarto! Uno tamaño King cabría perfectamente --- exclamó Juan, haciendo énfasis en la palabra “perfectamente” y añadiendo orgullosamente --- y tiene que ser resistente, yo sólo uso colchones que aguanten uso rudo.
--- Mira, éste tiene soporte lumbar, no queremos que te lastimes la espalda con el “uso rudo” que le darás a tu lado de la cama --- contestó Mariana, con un poco de ironía.
--- ¿Cómo que a mi lado? ¡Si el colchón es para dos!
--- No sé a ti, pero mi lado del colchón ha permanecido muy tranquilo últimamente --- dijo Mariana con los brazos cruzados.
--- ¡Pero apenas he tenido tiempo de dormir! Mi gran sueño es poder usar mi colchón para lo que fue hecho--- dijo Juan en tono de queja, pero añadió entre risas --- eso si, no me arrepiento de la razón por la que necesitamos uno nuevo.
--- Uy sí, nadie vaya a lastimar el ego de nuestro próximo campeón perfora-colchones --- dijo Mariana sarcásticamente --- aunque tal vez deberíamos ir a ver los colchones más pequeños… digo, nunca está de más ver otras opciones --- sugirió incómodamente.
--- Ya te dije que el tamaño matrimonial no, son demasiado pequeños --- dijo Juan con firmeza, pero tratando de sonar diplomático. Hacer enojar a Mariana antes de hacer la compra es una muy mala idea.
--- No, me refiero a los colchones para niños, nunca está de más checar… Bueno, si no quieres, mejor nos vamos… --- dijo Mariana al momento que intentaba alejarse en dirección a la salida, totalmente arrepentida de haber hecho su sugerencia.
--- Espera, ¿vamos a necesitar un colchón para niños también? --- preguntó Juan, extrañado.
--- ¿Qué si sí? Por algo necesitamos un colchón nuevo para nosotros dos --- dijo Mariana, al momento que soltaba una carcajada.
Esos momentos de pareja tan invaluables, que influyen tanto en el transcurso de la vida de los dos, pueden llegar en el contexto más inesperado.

Mattress Challenge: Para mamá/suegra.

-A mí me gusta este.

-Pues yo quiero ese de por acá.

-No, ese no.

-¡Pero si no lo has visto!

- Se ve caro, de seguro está caro. Y para tu información, sí lo vi.

-Perdón “señor ahorrativo”. No se puede comprar nada contigo, ¡ni colchones!

-En primer lugar, no estaríamos comprando un colchón si no necesitáramos otro colchón. Tú y tu magnífica idea de mi suegra en MI casa. En segundo lugar, si tanto quieres ese colchón, deberías de trabajar para comprarlo.

-¿Sabes qué? Ya que estamos aquí, deberíamos de comprar otro colchón de una vez: uno para el cuarto de mi mamá y otro para la sala.

-¿A qué te refieres con eso? ¿Para qué ocupamos un colchón en la sala? ¡No pienso gastar para un colchón en la sala!

-Yo que te quería ayudar, allá tú si quieres dormir en los sillones.

-Qué graciosa, querida.

- Entonces qué, ¿lo llevamos sí o no?

-Si no ha cambiado su precio de hace treinta segundos a ahorita, no. Ya dije que era muy caro.

-No debiste haberme traído a esta tienda entonces. Vámonos al mercado de pulgas. De seguro allá encontramos un colchón a la medida de tu bolsillo.

-No sabía que estabas peleada con tu mamá. Eso de comprarle un colchón usado a su madre no lo hace cualquier hija.

-Ya, ya, cállate y mira este otro colchón.

-¿Cuál, el blanco?

-Sí querido, como nada más hay un colchón blanco en toda la tienda. Me refiero al que está a la derecha del pilar… No alcanzo a leer bien, ¿qué dice? ¿”Tacaño”? Ah, no, no, dice “toscano”. Qué tonta.

-Mira, ya. Pide el condenado colchón que quieres y larguémonos de aquí antes de que el mismo termine arriba de una señora fastidiosa y molesta que me está haciendo la vida imposible.

-Gracias, querido. Sabría que mis buenos argumentos harían que entraras en razón.

-Sí, ya, lo que sea.

-Bien colchón, creo que te llevaremos a casa. ¡A que es mono!

10 de Mayo: Mattress Challenge

Escribe una escena donde un hombre y una mujer van a una tienda de colchones a comprar uno para su casa. La pareja sólo puede hablar sobre el colchón que van a comprar, pero deben revelar mediante su conversación la situación real que hay entre ellos. (Para un ejemplo de cómo puede llevarse a cabo esta escena, lean "Hills Like White Elephants" de Hemingway.)

Para empezar, pueden considerar las muchas situaciones estresantes que se desarrollan entre las parejas: divorcios, embarazos, abuso de sustancias, mudanzas, desempleo, adicción al trabajo, etc.

¿Qué es esto?

Somos dos adolescentes escritores que no tienen nada que hacer, que no dejan salir de sus casas por toda la violencia en la ciudad, y que el ocio llevó a buscar un proyecto para este verano. Todos los días, uno de nosotros posteará un desafío de escritura creativa, los dos lo haremos y postearemos los resultados. El objetivo es practicar y ser escritores prolíficos por un verano :D

Bueno, hora de arrastrar el lápiz... O más bien aplastar las teclas.