-A mí me gusta este.
-Pues yo quiero ese de por acá.
-No, ese no.
-¡Pero si no lo has visto!
- Se ve caro, de seguro está caro. Y para tu información, sí lo vi.
-Perdón “señor ahorrativo”. No se puede comprar nada contigo, ¡ni colchones!
-En primer lugar, no estaríamos comprando un colchón si no necesitáramos otro colchón. Tú y tu magnífica idea de mi suegra en MI casa. En segundo lugar, si tanto quieres ese colchón, deberías de trabajar para comprarlo.
-¿Sabes qué? Ya que estamos aquí, deberíamos de comprar otro colchón de una vez: uno para el cuarto de mi mamá y otro para la sala.
-¿A qué te refieres con eso? ¿Para qué ocupamos un colchón en la sala? ¡No pienso gastar para un colchón en la sala!
-Yo que te quería ayudar, allá tú si quieres dormir en los sillones.
-Qué graciosa, querida.
- Entonces qué, ¿lo llevamos sí o no?
-Si no ha cambiado su precio de hace treinta segundos a ahorita, no. Ya dije que era muy caro.
-No debiste haberme traído a esta tienda entonces. Vámonos al mercado de pulgas. De seguro allá encontramos un colchón a la medida de tu bolsillo.
-No sabía que estabas peleada con tu mamá. Eso de comprarle un colchón usado a su madre no lo hace cualquier hija.
-Ya, ya, cállate y mira este otro colchón.
-¿Cuál, el blanco?
-Sí querido, como nada más hay un colchón blanco en toda la tienda. Me refiero al que está a la derecha del pilar… No alcanzo a leer bien, ¿qué dice? ¿”Tacaño”? Ah, no, no, dice “toscano”. Qué tonta.
-Mira, ya. Pide el condenado colchón que quieres y larguémonos de aquí antes de que el mismo termine arriba de una señora fastidiosa y molesta que me está haciendo la vida imposible.
-Gracias, querido. Sabría que mis buenos argumentos harían que entraras en razón.
-Sí, ya, lo que sea.
-Bien colchón, creo que te llevaremos a casa. ¡A que es mono!
1 comentario:
jajajajajajajaja
Me dió mucha risa, se nota que los tuyos no son recién casados jajaja
Amo las indirectas cuando no están dirigidas a mi :D
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