sábado, 10 de mayo de 2008

Mattress Challenge: Esos momentos tan invaluables

Era un día soleado, ese sábado en que Juan y Mariana fueron a comprar un colchón para su nuevo departamento. Eran sólo esos pendientes característicos de recién casados, y nada del mundo les hubiera impedido compartir esos momentos tan inolvidables.
--- ¿De qué tamaño lo quieres? --- preguntó Juan, intentando guiarse entre los muchos pasillos de la tienda.
--- Pues matrimonial, creo que uno más grande no cabría en el cuarto --- dijo Mariana, intentando que no sonara como un reproche.
--- ¡Yo tomé medidas del cuarto! Uno tamaño King cabría perfectamente --- exclamó Juan, haciendo énfasis en la palabra “perfectamente” y añadiendo orgullosamente --- y tiene que ser resistente, yo sólo uso colchones que aguanten uso rudo.
--- Mira, éste tiene soporte lumbar, no queremos que te lastimes la espalda con el “uso rudo” que le darás a tu lado de la cama --- contestó Mariana, con un poco de ironía.
--- ¿Cómo que a mi lado? ¡Si el colchón es para dos!
--- No sé a ti, pero mi lado del colchón ha permanecido muy tranquilo últimamente --- dijo Mariana con los brazos cruzados.
--- ¡Pero apenas he tenido tiempo de dormir! Mi gran sueño es poder usar mi colchón para lo que fue hecho--- dijo Juan en tono de queja, pero añadió entre risas --- eso si, no me arrepiento de la razón por la que necesitamos uno nuevo.
--- Uy sí, nadie vaya a lastimar el ego de nuestro próximo campeón perfora-colchones --- dijo Mariana sarcásticamente --- aunque tal vez deberíamos ir a ver los colchones más pequeños… digo, nunca está de más ver otras opciones --- sugirió incómodamente.
--- Ya te dije que el tamaño matrimonial no, son demasiado pequeños --- dijo Juan con firmeza, pero tratando de sonar diplomático. Hacer enojar a Mariana antes de hacer la compra es una muy mala idea.
--- No, me refiero a los colchones para niños, nunca está de más checar… Bueno, si no quieres, mejor nos vamos… --- dijo Mariana al momento que intentaba alejarse en dirección a la salida, totalmente arrepentida de haber hecho su sugerencia.
--- Espera, ¿vamos a necesitar un colchón para niños también? --- preguntó Juan, extrañado.
--- ¿Qué si sí? Por algo necesitamos un colchón nuevo para nosotros dos --- dijo Mariana, al momento que soltaba una carcajada.
Esos momentos de pareja tan invaluables, que influyen tanto en el transcurso de la vida de los dos, pueden llegar en el contexto más inesperado.

1 comentario:

SheilaCR dijo...

Me da risa y me acordé del Rapunzel "sin censura".
Estoy bastante consiente de que fue bien difícil escribirlo y debo admitir que te salió algo bastante bien.
=)