martes, 13 de mayo de 2008

Dentro del clóset: Ayer en la noche

Cuando Alex abrió su clóset, en lugar de ver su ropa, encontró la entrada a una gran biblioteca lo primero que pensó fue “¡Madres! ¿Qué tome ayer?”. Dio unos pasos adelante, se talló los ojos y poniendo un poco más de atención se dio cuenta que su “gran biblioteca” era un poster que tenía pegado al fondo del clóset. Soltó un bufido y se quedó pensando “¿Desde cuándo estaba esa cosa ahí?”. Se sintió un poco tonto, arrancó el papel y lo hizo bola. Se sentó en la cama a pensar. Ok, no estaba loco, era un avance, pero entonces ¿dónde demonios estaba toda su ropa? Se quedó pensando un pequeño momento. Tuvo un mal presentimiento. Un mal presentimiento relacionado con la noche anterior y con su Teresa de Calcuta interior. No, no podía ser… ¿Podía? Todos tenemos un lado generoso y caritativo, y el de Alex –para su mala suerte- salía cuando estaba pasado de copas. Las personas tienen sus etapas cuando están borrachos: unos lloran, varios cantan, algunos se ríen, y otros dan alimento a los niños pobres, dinero a los desamparados y ropa a los indigentes. Bueno, Alex pertenecía a esta última categoría. Chequeó sus bolsillos para encontrarlos vacíos y su billetera, para ver que no tenía una sola moneda. “Esto definitivamente, no es bueno”, pensó. Se sentó en la cama y se maldijo a sí mismo por ser tan estúpidamente buena persona. Juró no volver a tomar otra vez y se terminó de acostar en la cama. Al cabo de un rato de estar maldiciéndose gritó algo desesperado: “Mamá, creo que tenemos que hacer algunas compras”.